Criterios diagnósticos de trastornos mentales
F00-F09 TRASTORNOS MENTALES ORGANICOS, INCLUIDOS LOS SINTOMATICOS
F00.0 Demencia en la enfermedad de Alzheimer de inicio precoz
F00.1 Demencia en la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío
F00.2 Demencia en la enfermedad de Alzheimer atípica o mixta
F00.9 Demencia en la enfermedad de Alzheimer sin especificación
F01.0 Demencia vascular de inicio agudo
F01.1 Demencia multi-infarto
F01.2 Demencia vascular subcortical
F01.3 Demencia vascular mixta cortical y subcortical
F01.8 Otra demencia vascular
F01.9 Demencia vascular sin especificación
F02 Demencia en enfermedades clasificadas en otro lugar
F02.0 Demencia en la enfermedad de Pick
F02.1 Demencia en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
F02.2 Demencia en la enfermedad de Huntington
F02.3 Demencia en la enfermedad de Parkinson
F02.4 Demencia en la infección por HIV
F02.8 Demencia en enfermedades específicas clasificadas en otro lugar
F03 Demencia sin especificación
Quinto caracter para especificar la demencia de F00-F03:
.X0 sin síntomas adicionales
.X1 con predominio de ideas delirantes
.X2 con predominio de alucinaciones
.X3 con predominio de síntmas depresivos
.X4 con otros síntomas mixtosF04 Síndrome amnésico orgánico no inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas
F05 Delirium no inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas
F05.0 Delirium no superpuesto a demencia
F05.1 Delirium superpuesto a demencia
F05.8 Otro delirium no inducido por alcohol o droga
F05.9 Delirium no inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas sin especificaciónF06 Otros trastornos mentales debidos a lesión o disfunción cerebral o a enfermedad somática
F06.0 Alucinosis orgánica
F06.1 Trastorno catatónico orgánico
F06.2 Trastorno de ideas delirantes (esquizofreniforme) orgánico
F06.3 Trastornos del humor (afectivos) orgánicos
F06.4 Trastorno de ansiedad orgánico
F06.5 Trastorno disociativo orgánico
F06.6 Trastorno de labilidad emocional (asténico) orgánico
F06.7 Trastorno cognoscitivo leve
F06.8 Otro trastorno mental especificado debido a lesión o disfunción cerebral o a enfermedad somática cerebral o a enfermedad somática sin especificaciónF07.0 Trastorno orgánico de la personalidad
F07.1 Síndrome post-encefalítico
F07.2 Síndrome post-conmocional
F07.8 Otros trastornos de la personalidad y del comportamiento debidos a enfermedad, lesión o disfunción cerebral
F07.9 Trastorno de la personalidad y del comportamiento debido a enfermedad, lesión o disfunción cerebral sin especificaciónF09 Trastorno mental orgánico o sintomático sin especificación
Esta sección incluye una serie de trastornos mentales agrupados por tener en común una etiología demostrable, que es una enfermedad o lesión cerebrales u otra afección causante de una disfunción cerebral. La disfunción puede ser primaria, como en el caso de enfermedades, lesiones o daños que afectan al cerebro de un modo directo y selectivo o secundaria, como en el caso de las enfermedades sistémicas y de los trastornos que afectan a diversos órganos o sistemas, entre ellos al cerebro. Aunque desde un punto de vista lógico los trastornos cerebrales secundarios al consumo de alcohol y de sustancias psicotropas pertenecen a este grupo, aparecen clasificados en el apartado F10-F19 por la ventaja de tener juntos en la misma sección todos los trastornos relacionados con el abuso de sustancias psicotropas.
A pesar de que el espectro de las manifestaciones psicopatológicas de los trastornos mentales orgánicos es amplio y variado, sus rasgos esenciales pueden agruparse en dos conjuntos principales. Por un lado, están los síndromes en los cuales son constantes y destacados la presencia de trastornos de las funciones cognoscitivas superiores, como la memoria, la inteligencia, la capacidad de aprendizaje o las alteraciones del sensorio, tales como las alteraciones de la conciencia y de la atención. Por otro lado están los síndromes en los cuales las manifestaciones más destacadas se presentan en las áreas de la percepción (alucinaciones), de los contenidos de pensamiento (ideas delirantes), o del humor y de las emociones (depresión, euforia, ansiedad), o en la de los rasgos generales de la personalidad y formas del comportamiento, mientras que las disfunciones cognoscitivas o sensoriales son mínimas o difíciles de comprobar. La inclusión de este último grupo de trastornos en esta sección tiene una base menos segura que en el caso del primer grupo, debido a que en muchos de ellos los síntomas son similares a los de trastornos clasificados en otras secciones (F20-29, F30-39, F40-49, F60-69) y a que se sabe que también se presentan en casos en los que no hay o no puede identificarse una causa patologica cerebral. Sin embargo, hay cada vez más evidencia de que muy diversas enfermedades cerebrales y sistémicas tiene una relación causal con la presencia de estos síndromes, lo cual justifica que sean incluidos aquí, en una clasificación de fines clínica.
La mayoría de los trastornos de esta sección pueden comenzar, al menos de un modo teórico, a cualquier edad, excepto quizás durante la primera infancia. En la práctica, la mayoría de estos trastornos tienden a empezar en la edad adulta o avanzada. Algunos de estos trastornos son aparentemente irreversibles y progresivos y otros son transitorios o responden a tratamientos disponibles hoy en día.
El uso del término "orgánico" no implica que los trastornos que aparecen en otras secciones de esta clasificación son "no orgánicos" en el sentido de carecer de un substrato cerebral. En el contexto presente el término "orgánico" significa ni más ni menos que el síndrome clasificado como tal puede ser atribuido a un trastorno o enfermedad cerebral orgánico o sistémico diagnosticable en sí mismo. El término "sintomático" se utiliza para los trastornos mentales orgánicos en los cuales la afectación cerebral es secundaria a un trastorno o enfermedad sistémico extracerebral.
De lo expuesto hasta ahora se desprende que el diagnóstico de cualquiera de los trastornos de esta sección requiere en la mayoría de los casos hacer uso de dos códigos: uno para el síndrome psicopatológico y otro para el trastorno subyacente. El código etiológico debe seleccionarse del capítulo respectivo de la CIE-10.
DEMENCIA
A continuación se presenta una descripción general de demencia para indicar los mínimos requeridos para el diagnóstico de demencia en general. Más abajo se detallan las pautas que indican como debe hacerse el diagnóstico de cada tipo concreto de demencia.
La demencia es un síndrome debido a una enfermedad del cerebro, generalmente de naturaleza crónica o progresiva en la que hay déficits de múltiples funciones corticales superiores, entre ellas la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. La conciencia permanece clara. El déficit cognoscitivo se acompaña por lo general, y ocasionalmente es precedido, de un deterioro en el control emocional, del comportamiento social o de la motivación. Este síndrome se presenta en la enfermedad de Alzheimer, en la enfermedad vasculocerebral, y en otras condiciones que afectan al cerebro de forma primaria o secundaria.
Para valorar la presencia o ausencia de una demencia debe tenerse un cuidado especial en evitar la identificación de falsos positivos. Los factores motivacionales o emocionales, en especial una depresión, además de la inhibición motriz y la debilidad física general, pueden provocar un fallo funcional que no es debido a una disminución de la capacidad intelectual.
La demencia produce un apreciable deterioro intelectual que repercute en la actividad cotidiana del enfermo, por ejemplo, en el aseo personal, en el vestirse, en el comer o en las funciones excretoras. Este deterioro de la actividad cotidiana depende mucho de factores socioculturales. Los cambios en el modo como el enfermo desempeña su actividad social, tales como el conservar o el buscar un empleo, no deben de ser utilizados como pautas para el diagnóstico, porque hay grandes diferencias transculturales y factores externos que repercuten en el mercado laboral.
Si estuvieran presentes síntomas depresivos que no llegan a satisfacer las pautas diagnósticas de episodio depresivo (F32.0- F32.3) o si se presentaran alucinaciones o ideas delirantes, puede recurrirse a un quinto carácter para indicar cuales de ellas son predominantes:
Pautas para el diagnóstico
El requisito primordial para el diagnóstico es la presencia de un deterioro tanto de la memoria como del pensamiento, suficiente como para interferir con la actividad cotidiana, tal y como se ha descrito mas arriba. Es característico que el deterioro de la memoria afecte a la capacidad para registrar, almacenar y recuperar información nueva. En estadíos avanzados pueden también perderse contenidos familiares y material aprendido en el pasado. La demencia es más que una dismnesia. En ella hay además un deterioro del pensamiento y de la capacidad de razonamiento, una reducción en el flujo de las ideas y un deterioro del proceso de almacenar información, por lo que al individuo afectado le resulta cada vez más difícil prestar atención a más de un estímulo a la vez, como, por ejemplo, tomar parte en una conversación con varias personas. También hay una dificultad en cambiar el foco de atención de un tema a otro. Estos síntomas han de estar presentes en la exploración psicopatológica, así como en la anamnesis obtenida de un tercero.Se requiere una conciencia clara para que demencia sea un único diagnóstico. Sin embargo, puede permitirse el doble diagnóstico de delirium superpuesto a demencia (F05.1), ya que esto es un hecho frecuente. Para poder hacer un diagnóstico claro de demencia, los síntomas expuestos mas arriba y el deterioro deben haber estado presentes por lo menos durante seis meses.
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuenta la siguientes posibilidades: Trastorno depresivo (ver F30-F39), el cual puede presentar alguna de las características de una demencia incipiente, en especial el deterioro de la memoria, el enlentecimiento del pensamiento y la falta de actividad espontánea. Delirium (F05). Retraso mental leve o moderado (F70-F71). Estados de rendimiento cognoscitivo anormalmente bajos atribuibles a un medio social con grandes carecnias y con una educación escasa. Trastornos mentales iatrógenicos debidos a algún medicamento (F06.-). La demencia puede ser consecutiva o coexistente con cualquier trastrono mental orgánico de esta sección, en especial con delirium (ver F05.1.).
F00 DEMENCIA EN LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa cerebral primaria de etiología desconocida que presenta rasgos neuropatológicos y neuroquímicos característicos. El trastorno se inicia por lo general de manera insidiosa y lenta y evoluciona progresivamente durante un período de años. El período evolutivo puede ser corto, dos o tres años, pero en ocasiones es bastante más largo. Puede comenzar en la edad madura o incluso antes (enfermedad de Alzheimer de inicio presenil), pero la incidencia es mayor hacia el final de la vida (enfermedad de Alzheimer de inicio senil). En casos con inicio antes de los 65 a 70 años es posible tener antecedentes familiares de una demencia similar, el curso es más rápido y predominan síntomas de lesión en los lóbulos temporales y parietales, entre ellos disfasias o dispraxias. En los casos de inicio más tardío, el curso tiende a ser más lento y a caracterizarse por un deterioro más global de las funciones corticales superiores. Los enfermos con síndrome de Down tienen un alto riesgo de desarrollar una enfermedad de Alzheimer.
Los hallazgos característicos en el cerebro en la enfermedad de Alzheimer son: una marcada reducción del número de neuronas, en especial en el hipocampo, la sustancia innominada, el locus coeruleus, la corteza temporo-parietal y la frontal; la aparición de una degeneración neurofibrilar compuesta de filamentos helicoidales apareados; la aparición de placas neuríticas (argentófilas) compuestas fundamentalmente por sustancias amiloides que tienden claramente a crecer (sin embargo se conocen también placas sin sustancias amiloides) y formaciones gránulo-vacuolares. Se han descrito también alteraciones neuroquímicas tales como una marcada reducción de las enzimas acetilcolin-transferasas, de la acetilcolina misma y de otros neurotransmisores y neuromoduladores.
La descripción original de la enfermedad refería que las manifestaciones clínicas iban siempre acompañados de las alteraciones cerebrales mencionadas. No obstante, hoy día parece ser que ambas no evolucionan siempre de un modo paralelo. Así, unas pueden estar indiscutiblemente presentes mientras que están las otras prácticamente ausentes. A pesar de todo, los rasgos clínicos de la enfermedad de Alzheimer son tan característicos que normalmente es posible llegar a un diagnóstico de presunción basándose sólo en la clínica.
La demencia en la enfermedad de Alzheimer se considera hoy día irreversible.
Pautas para el diagnóstico
Para un diagnóstico definitivo se requieren todos los síntomas siguientes:
a) presencia de un cuadro demencial, como el descrito mas arriba;
b) comienzo insidioso y deterioro lento. El momento exacto del inicio del cuadro es difícil de precisar, aunque los que conviven con el enfermo suelen referir un comienzo brusco;
c) ausencia de datos clínicos o en las exploraciones complementarias que sugieran que el trastorno mental pudiera ser debido a otra enfermedad cerebral o sistémica capaces de dar lugar a una demencia (por ejemplo, hipotiroidismo, hipercalcemia, deficiencia de vitamina B12, deficiencia de niacina, neurosífilis, hidrocefalia normotensiva o hematoma subdural)
d) ausencia de un inicio apoplético, súbito, o de signos neurológicos focales, tales como hemiparesia, déficits sensoriales, defectos del campo visual o falta de coordinación de movimientos, signos estos que no han tenido que estar presentes en la etapas iniciales de la enfermedad (aunque puedan superponerse a ella en períodos mas avanzados).
En un cierto número los casos, los rasgos de la enfermedad de Alzheimer y los de la demencia vascular pueden estar simultáneamente presentes. Si ambos coinciden claramente deberá hacerse un doble diagnóstico (y codificación). Si una demencia vascular precede a una enfermedad de Alzheimer, es posible que esta última sea imposible de diagnosticar en la práctica clínica.
Incluye:
- demencia degenerativa de tipo Alzheimer
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuenta la siguientes posibilidades:
- Trastorno depresivo (F30-F39)
- Delirium (F05)
- Síndrome amnésico orgánico (F04)
- Otras demencias primarias tales como la de Pick, Creutzfeldt- Jakob y Huntington (F02)
- Demencias secundarias a muy diversas enfermedades somáticas, intoxicaciones, etc. (F02.8) y
- Retraso mental leve, moderado o grave (F70-F72).
La demencia en la enfermedad de Alzheimer puede coexistir con una demencia vascular (debe ser codificada F00.2), así como cuando los episodios vasculares (multi-infarto) se superponen a un cuadro clínico y a antecedentes que sugieren la presencia de una enfermedad de Alzheimer. Estos episodios pueden dar lugar a una exacerbación brusca de las manifestaciones de demencia. Según los hallazgos postmortem la coexistencia de ambos tipos puede ser tan frecuente como del 10 al 15% de todos los casos de demencias.
F00.0 Demencia en la enfermedad de Alzheimer de inicio precoz
Demencia en la enfermedad de Alzheimer en la que el inicio es mas precoz que el de F00.1 y en la que el deterioro tiene una evolución mas rápida, con marcadas alteraciones de las funciones corticales superiores. En la mayoría de los casos se presentan en períodos relativamente precoces de la evolución afasias, agrafia, alexia o apraxias.
Pautas para el diagnóstico
Las mismas que para F00, pero teniendo en cuenta el comienzo mas temprano que la forma senil, es decir, antes de los 65 años. El curso progresivo suele ser rápido. La anamnesis familiar puede aportar información complementaria pero no necesaria, tal y como antecedentes familiares de síndrome de Down o de linfomas.
Incluye:
- enfermedad de Alzheimer de tipo II
- demencia presenil de tipo Alzheimer
F00.1 Demencia en la enfermedad de Alzheimer de inicio tardío
Demencia en la enfermedad de Alzheimer en la que el comienzo clínico tiene lugar después de la edad de los 65 años, normalmente hacia finales de los 70 e incluso más tarde, cuyo curso progresa lentamente y en la que normalmente el rasgo mas prominente es el deterioro de la memoria.
Pautas para el diagnóstico
Las mismas que para F00, teniendo en cuenta además la presencia o ausencia de los rasgos que la diferencian de la forma de comienzo precoz (F00.0).
Incluye:
- enfermedad de Alzheimer de tipo I
- demencia senil de tipo Alzheimer
F00.2 Demencia en la enfermedad de Alzheimer atípica o mixta
Se clasifican aquí las demencias cuyas características no se ajustan a las Descripciones y Pautas para el diagnóstico de F00.0 y F00.1 y también se incluyen aquí las demencias mixtas vascular y de Alzheimer.
F00.9 Demencia en la enfermedad de Alzheimer sin especificación
La demencia vascular (antes llamada demencia arteriosclerótica), que incluye a la demencia multi-infarto, se distingue de la demencia en la enfermedad de Alzheimer por el modo de comienzo, las características clínicas y la evolución. Lo mas característico es que haya antecedentes de ictus transitorios, con breves trastornos de conciencia y paresias o pérdidas de visión fugaces. La demencia puede también ser consecutiva a una serie de accidentes vasculares agudos o mas rara vez a un único ataque apoplético mayor. Es entonces cuando se manifiesta un cierto deterioro de la memoria y del pensamiento. El comienzo de la enfermedad tiene lugar en la edad avanzada. El cuadro suele ser brusco, como consecuencia de un episodio isquemico aislado o la demencia puede ir haciendose presente de una manera más gradual. La demencia es la consecuencia de los infartos del tejido cerebral secundarios a una enfermedad vascular, incluida la enfermedad vascular hipertensiva. Por lo general, los infartos son pequeños y sus efectos son acumulativos.
Pautas para el diagnóstico
El diagnóstico presupone la presencia de una demencia tal y como se ha descrito en la introducción. El deterioro cognoscitivo suele ser desigual, de tal manera que puede haber una pérdida de memoria, un deterioro intelectual y signos neurológicos focales, mientras que la conciencia de enfermedad y la capacidad de juicio pueden estar relativamente conservadas. Un comienzo brusco, un deterioro escalonado y la presencia de síntomas y signos neurológicos focales aumenta la probabilidad del diagnóstico de demencia vascular, cuya confirmación vendrá sólo, en algunos casos, de la tomografía axial computarizada o en último extremo de la neuropatología.
Los rasgos accesorios de la demencia cerebro-vascular son: hipertensión arterial, soplos carotídeos, labilidad emocional con distimias depresivas pasajeras, llantos o risas intempestivas, episodios transitorios de obnubilación de conciencia o de delirium, a menudo provocados por nuevos infartos. Suele aceptarse que la personalidad se mantiene relativamente bien conservada, pero en algunos casos hay cambios evidentes de la misma, apareciendo apatía o desinhibición o acentuación de rasgos previos, tales como egocentrismo, actitudes paranoides o irritabilidad.
Incluye:
- demencia arteriosclerótica
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuentalas siguientes posibilidades:
La demencia vascular puede coexistir con la de Alzheimer. En este caso utilizar el código F00.2, como en los casos en los que un accidente vascular surge sobre un cuadro clínico y unos antecedentes que sugieren la presencia de una enfermedad de Alzheimer.
F01.0 Demencia vascular de inicio agudo
Se desarrolla por lo general de un modo rápido tras una serie de ictus debidos a trombosis vasculares, embolias o hemorragias. En raros casos, la causa puede ser un únic infarto de gran tamaño.
Tiene un inicio más gradual que la forma aguda, normalmente precedido de varios episodios isquémicos menores que producen un número creciente de reblandecimientos del parénquima cerebral.
Incluye:
- demencia predominatemente cortical
F01.2 Demencia vascular subcortical
En este caso pueden existir antecedentes de hipertensión arterial y de focos de destrucción isquémica las zonas profundas de la sustancia blanca de los hemisferios cerebrales, que pueden sospecharse ya en la clínica y demostrarse en los cortes de una tomografía axial computarizada. Por lo general la corteza cerebral está indemne, lo cual contrasta con el cuadro clínico, que puede parecerse mucho al de una demencia de la enfermedad de Alzheimer (cuando se presenta una desmielinización difusa de la sustancia blanca puede utilizarse el término de encefalopatía de Binswanger).
F01.3 Demencia vascular mixta, cortical y subcortical
En este caso, los componentes mixtos, cortical y subcortical de las demencias vasculares pueden sospechar por los hallazgos clínicos o ser demostrados por los resultados de explicaciones complementarias (incluyendo la autopsia).
F01.9 Demencia vascular sin especificación
F02 DEMENCIA EN ENFERMEDADES CLASIFICADAS EN OTRO LUGAR
Se clasifican aquí los casos de demencia debidos, o presuntamente debidos, a una etiología distinta de la enfermedad de Alzheimer o de la enfermedad vascular. Pueden comenzar en cualquier período de la vida, aunque raramente en la edad avanzada.
Pautas para el diagnóstico
El diagnóstico exige la presencia de una demencia tal y como se ha descrito mas arriba y de los rasgos característicos de uno de los síndromes siguientes.
F02.0 Demencia en la enfermedad de Pick
Se trata de una demencia progresiva de comienzo en la edad media de la vida (por lo general entre los 50 y los 60 años de edad), caracterizada por cambios precoces y lentamente progresivos del carácter y por alteraciones del comportamiento, que evolucionan hacia un deterioro de la inteligencia, de la memoria y del lenguaje, acompañado de apatía, de euforia y, en ocasiones, de síntomas o signos extrapiramidales. El cuadro neuropatológico corresponde a una atrofia selectiva de los lóbulos frontales y temporales, pero sin la aparición de placas neuríticas ni degeneración neurofibrilar en magnitudes superiores a las del envejecimiento normal. Los casos de comienzo mas precoz tienden a presentar una evolución peor. Las manifestaciones comportamentales a menudo preceden al deterioro franco de la memoria.
Pautas para el diagnóstico
Se requiere la presencia de los rasgos siguientes:
a) demencia progresiva;
b) predominio de rasgos de afectación frontal tales como euforia, embotamiento afectivo, pérdida de las normas de educación, desinhibición y apatía o inquietud y
c) los trastornos de comportamiento normalmente precedan al claro deterioro de la memoria.
Los rasgos de afectación de los lóbulos frontales son mas acentuados que los de los lóbulos temporales o parietales, al contrario de lo que sucede en la enfermedad de Alzheimer.
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuenta la siguientes posibilidades:
- Enfermedad de Alzheimer (F00)
- Demencia vascular (F01)
- Demencia secundaria a otros trastornos mentales como neurosífilis (F02.8)
- Hidrocefalia con presión normal caracterizada por una gran inhibición psicomotriz y trastornos de la marcha y del control de los esfínteres (G91.2)
- Otros trastornos neurológicos o metabólicos.
F02.1 Demencia en la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
Se trata de una demencia progresiva con multitud de síntomas y signos neurológicos debida a alteraciones neuropatológicas específicas (encefalopatía espongiforme subaguda), cuya supuesta etiología es un agente transmisible. El inicio tiene lugar normalmente hacia la mitad o el final de la vida, por lo general en torno a los 50 años, pero puede presentarse en cualquier momento de la edad adulta. El curso es subagudo y lleva a la muerte en uno a dos años.
Pautas para el diagnóstico
Debe de sospecharse una enfermedad de Creutzfeldt-Jakob en todos los casos de demencia de evolución relativamente rápida, desde meses hasta uno o dos años que se acompañan de múltiples síntomas neurológicos. En algunos casos, como en la llamada forma amiotrófica, los signos neurológicos pueden preceder al inicio de la demencia.
En la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob suele presentarse una parálisis espástica progresiva de los miembros, acompañada de síntomas extrapiramidales tales como temblor, rigidez y movimientos coreo-atetoides. Otras variantes pueden presentar ataxia, déficits visuales, fibrilaciones musculares y atrofia muscular por afectación de neurona motora superior. Una triada compuesta de demencia intensa y devastadora de curso rápido, enfermedad piramidal y extrapiramidal con mioclonias y electroencefalograma característico (presencia de ondas trifásicas) suele considerarse como altamente sugestiva de esta enfermedad.
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuenta la siguientes posibilidades:
Una rápida evolución y una afectación precoz de la motilidad son sugestivas de una enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
F02.2 Demencia en la enfermedad de Huntington
Se trata de una demencia que se presenta formando parte de una degeneración masiva del tejido cerebral. La enfermedad de Huntington es trasmitida por un único gen autosómico dominante. Los síntomas surgen por lo general hacia la tercera o cuarta década de la vida y la incidencia en ambos sexos es probablemente la misma. En algunos casos los primeros síntomas pueden ser depresión, ansiedad o síntomas claramente paranoides, acompañados de cambios de la personalidad. La evolución es lentamente progresiva, llevando a la muerte normalmente al cabo de 10 a 15 años.
Pautas para el diagnóstico
La asociación de movimientos coreiformes, demencia y antecedentes familiares de enfermedad de Huntington es altamente sugestiva del diagnóstico, aunque hay casos esporádicos en los que no es así.
Las manifestaciones mas tempranas suelen ser los movimientos coreiformes involuntarios, sobre todo de la cara, manos y hombros o de la marcha. Estos suelen preceder a la demencia y rara vez faltan antes de que la demencia esté muy avanzada. Pueden predominar otros síntomas motores cuando el comienzo tiene lugar en una edad extraordinariamente joven (por ejemplo, rigidez estriatal) o en edad mas avanzada (por ejemplo, temblor intencional).
En las etapas iniciales la demencia se caracteriza por una afectación predominante de las funciones de los lóbulos frontales, con una relativa conservación de la memoria hasta las fases mas avanzadas.
Incluye: demencia en el corea de Huntington
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuenta la siguientes posibilidades: Otras causas de movimientos coreicos y Enfermedad de Alzheimer, de Pick o de Creutzfeldt-Jakob (F00; F02.0; F02.1).
F02.3 Demencia en la enfermedad de Parkinson
Se trata de una demencia que aparece en el curso de una clara enfermedad de Parkinson (en especial en sus formas mas graves). No se han demostrado rasgos clínicos que permitan distinguirla de otras demencias. La demencia que aparece en el curso de una enfermedad de Parkinson puede ser diferenciada de la de la enfermedad de Alzheimer o de la de una demencia vascular. Sin embargo, hay evidencia de que existe una comorbilidad entre estos trastornos y la enfermedad de Parkinson. Este hecho justifica ésta categoría que pretende identificar los casos en que coexisten una demencia y una enfermedad de Parkinson, hasta que esta cuestión haya podido ser aclarada por la investigación.
Pautas para el diagnóstico
La demencia aparece en un individuo que ya padece una enfermedad de Parkinson avanzada, generalmente grave.
Incluye:
- demencia en los parkinsonismos
- demencia en la parálisis agitante
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuenta las siguientes posibilidades:
F02.4 Demencia en la infección por HIV
Se trata de un trastorno caracterizado por déficits cognoscitivos que satisfacen las pautas para el diagnóstico de demencia, en ausencia de una enfermedad concomitante u otro trastorno que pudiera explicar los hallazgos distinto de una infección por HIV.
Lo más característico es que la demencia por HIV presente quejas de fallos de memoria, enlentecimiento, déficits de concentración y dificultades para la lectura y la resolución de problemas. Son frecuentes una apatía, una reducción de la espontaneidad y un retraimiento social. En una minoría significativa de individuos afectados la enfermedad puede presentarse de forma atípica, como por ejemplo, un trastorno del humor (afectivo), una psicosis o convulsiones. En la exploración somática se objetiva a menudo temblor, dificultades para efectuar movimientos rápidos y repetitivos, falta de equilibrio, ataxia, hipertonía, hiperreflexia generalizada, signos positivos de liberación frontal y afectación de los movimientos oculares de seguimiento y movimientos oculares sacádicos.
Los niños pueden presentar un trastorno del desarrollo neurológico debido al HIV, caracterizado por retraso en el desarrollo, hipertonía, microcefalia y calcificación de los ganglios basales. La afectación neurológica es más frecuente en ausencia de infecciones oportunistas y neoplasias, a diferencia de lo que sucede en los adultos.
La demencia por HIV suele evolucionar casi siempre de forma rápida, en el plazo de semanas o meses hacia una demencia global grave, un estado de mutismo y la muerte.
Incluye:
- encefalopatía por HIV encefalitis subaguda
- complejo demencia-SIDA
F02.8 Demencia en otras enfermedades específicas clasificadas en otro lugar
Se incluyen aquí las demencias que puede presentarse como una manifestación o una consecuencia de diversos de trastornos cerebrales o somáticos generales. Debe añadirse el código de la CIE-10 correspondiente para especificar la etiología del trastorno subyacente.
También debe utilizarse este código para el complejo parkinsonismo-demencia de Guam (identificado con un quinto carácter, si es necesario). Se trata de una demencia de rápida evolución, seguida de una disfunción extrapiramidal y, en algunos casos, de una esclerosis lateral amiotrófica. La enfermedad fue inicialmente descrita en la isla de Guam donde se presenta con una frecuencia relativamente alta en la población aborigen, afectando al doble de varones que de mujeres. Ahora se sabe que también se presenta en Papúa, en Nueva Guinea y en Japón.
Incluye:
- demencia en: intoxicaciónes por monóxido de carbono (T58)
- lipoidosis cerebral (E75.-)
- epilepsia (G40.-)
- parálisis general progresiva (A52.1)
- degeneración hepatolenticular (enfermedad de Wilson)(E83.0)
- hipercalcemia (E83.5)
- hipotiroidismo adquirido (E00-E02)
- intoxicaciones (T36-T65)
- esclerosis múltiple (G35) neurosífilis (A52.1)
- deficiencia de niacina (pelagra) (E52) poliarteritis nodosa (M30.0)
- lupus eritematoso sistémico (M32.-)
- tripanosomiasis africana (B56.-),
- americana (B57.-)
- Deficiencia de vitamina B12
F03 DEMENCIA SIN ESPECIFICACION
Se recurre a esta categoría cuando se satisfacen las pautas generales para el diagnóstico de demencia pero no es posible identificar ninguno de los tipos específicos (F00.0-F02.8).
Incluye:
- psicosis senil o presenil sin especificación
- demencia senil o presenil sin especificación
- demencia degenerativa primaria sin especificación
F04 SINDROME AMNESICO ORGANICO NO INDUCIDO POR ALCOHOL U OTRAS SUSTANCIAS PSICOTROPAS
Se trata de un síndrome caracterizado por un deterioro marcado de la memoria para hechos recientes y de la memoria para hechos remotos, en el cual la memoria para hechos inmediatos está conservada. También está disminuida la capacidad para aprender cosas nuevas, lo que da lugar a una amnesia anterógrada y a una desorientación en el tiempo. Forma parte del síndrome una amnesia retrógrada, pero de una intensidad variable, que puede disminuir en el curso del tiempo, si la enfermedad o el proceso patológico subyacentes tienen tendencia a remitir. La presencia de confabulaciones puede ser un rasgo destacado, aunque inconstante. La percepción y otras funciones cognoscitivas, incluyendo la inteligencia, están bien conservadas y constituyen un trasfondo del que destaca de un modo particular el trastorno de la memoria. El pronóstico depende del curso de la lesión básica (normalmente afecta al sistema hipotálamo-diencefálico o a la región del hipocampo). La recuperación completa es, en principio, posible.
Pautas para el diagnóstico
Para un diagnóstico definitivo es necesario poner de manifiesto:
a) presencia de un trastorno de la memoria puesto de manifiesto por un deterioro de la misma para hechos recientes (incapacidad para el aprendizaje de material nuevo), una amnesia anterógrada y retrógrada y una capacidad reducida de recordar experiencias pasadas en orden inverso a su aparición;
b) antecedentes o una presencia objetiva de una lesión o una enfermedad cerebrales (en especial una que afecte de un modo bilateral a estructuras diencefálicas y temporales mediales) y
c) ausencia de afectación de la capacidad para el recuerdo inmediato (explorada, por ejemplo, mediante la prueba de los dígitos), de trastornos de la atención y de la conciencia o de un deterioro intelectual general.
La presencia de confabulaciones, la falta de conciencia de enfermedad y alteraciones emocionales (apatía, falta de iniciativa) son elementos sugestivos aunque no indispensables, para el diagnóstico.
Incluye:
- psicosis o síndrome de Korsakov (no alcohólicos)
Diagnóstico diferencial
Hay que tener en cuenta los síndromes orgánicos en los que hay un deterioro destacado de la memoria (por ejemplo, demencia o delirium), la amnesia disociativa (F44.0), el deterioro de las funciones mnésticas en los trastornos depresivos (F30-F39) y las quejas simuladas de pérdida de memoria (Z76.5). El síndrome de Korsakov inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas no debe codificarse aquí, sino en su sección correspondiente (F1x.6).
F05 DELIRIUM NO INDUCIDO POR ALCOHOL U OTRAS SUSTANCIAS PSICOTROPAS
Se trata de un síndrome cerebral orgánico que carece de una etiología específica, caracterizado por la presencia simultánea de trastornos de la conciencia y atención, de la percepción, del pensamiento, de la memoria, de la psicomotilidad, de las emociones y del ciclo sueño-vigilia. Puede presentarse en cualquier edad, pero es más frecuente después de los 60 años. El cuadro de delirium es transitorio y de intensidad fluctuante. La mayoría de los casos se recuperan en cuatro o menos de cuatro semanas. Sin embargo, no es raro que el delirium persista con fluctuaciones incluso durante seis meses, en especial cuando ha surgido en el curso de una enfermedad hepática crónica, un carcinoma o una endocarditis bacteriana subaguda. La distinción que se hace algunas veces entre el delirium agudo y subagudo no tiene gran relevancia clínica y el trastorno ha de ser concebido como un síndrome unitario cuya intensidad puede ir de leve a muy grave. Un delirium puede superponerse o evolucionar hacia una demencia.
Esta sección no debe usarse para los estados de delirium que acompañan al consumo de sustancias psicotropas psicotropas especificado en F10-F19. Los estados de delirium debidos a medicaciones prescritas deben codificarse aquí (por ejemplo, estados confusionales agudos en ancianos debidos a antidepresivos, en cuyo caso la medicación implicada debe también recogerse en un código adicional del capítulo XIX de la CIE-10).
Pautas para el diagnóstico
Para un diagnóstico definitivo deben estar presentes síntomas leves o graves en cada una de las siguientes áreas:
a) deterioro de la conciencia y de la atención (que abarca un espectro que va desde la obnubilación al coma y una disminución de la capacidad para dirigir, focalizar, mantener o desplazar la atención);
b) trastorno cognoscitivo global (distorsiones de la percepción, alucinaciones e ilusiones, sobre todo visuales, deterioro del pensamiento abstracto y de la capacidad de comprensión, con o sin ideas delirantes pasajeras, pero de un modo característico con algún grado de incoherencia, deterioro de la memoria inmediata y reciente, pero con la memoria remota relativamente intacta, desorientación en el tiempo y, en la mayoría de los casos graves, en el espacio y para las personas);
c) trastornos psicomotores (hipo- o hiperactividad y cambios imprevistos de un estado a otro, aumento del tiempo de reacción, incremento o decremento del flujo del habla, acentuación de la reacciones de sorpresa);
d) trastornos en el ciclo del sueño-vigilia (insomnio o, en los casos graves, pérdida total del sueño o inversión de las fases del ciclo del sueño vigilia, somnolencia diurna, empeoramiento vespertino de los síntomas, ensueños desagradables o pesadillas que pueden prolongarse durante la vigilia en la forma de alucinaciones o ilusiones) y
e) trastornos emocionales, por ejemplo, depresión, ansiedad o miedo, irritabilidad, euforia, apatía o perplejidad.
El comienzo del cuadro suele ser rápido, en su curso deben presentarse fluctuaciones diurnas de los síntomas y la duración total del trastorno debe ser inferior a los seis meses. El cuadro clínico descrito es tan característico que un diagnóstico fiable de delirium puede hacerse incluso antes de confirmar su etiología. Si el diagnóstico ofrece duda, además de los antecedentes de una enfermedad somática o cerebral subyacente, puede ser necesario poner de manifiesto una disfunción cerebral (por ejemplo, mediante un electroencefalograma anormal, que habitual, pero no invariablemente, se caracteriza por un enlentecimiento de la actividad de fondo).
Incluye:
- Sindrome agudo-cerebral
- estado confusional agudo o subagudo (no alcohólico)
- psicosis infecciosa aguda o subaguda
- reacción orgánica aguda o subaguda
- síndrome psico-orgánico agudo
Diagnóstico diferencial
El delirium debe ser distinguido de cualquier otro síndrome orgánico cerebral, en especial de una demencia (F00-F03), de los episodios psicóticos agudos transitorios (F23), de las formas agudas de la esquizofrenia (F20) y de los trastornos del humor (afectivos) (F30-F39), en todos los cuales pueden presentarse rasgos confusionales. El delirium inducido por alcohol u otras sustancias psicotropas, debe codificarse en su sección correspondiente (F1x.4).
F05.0 Delirium no superpuesto a demencia
Usar este código para los casos en los que se satisfacen las pautas de un delirium que no se superpone a una demencia previa.
F05.1 Delirium superpuesto a demencia
Usar este código para los casos en los que se satisfacen las pautas anteriores, pero que se desarrollan en el curso de una demencia (F00-F03).
Incluye:
- Delirium de orígen mixto
- Delirium o estado confusional subagudo
F05.9 Delirium sin especificación
F06 OTROS TRASTORNOS MENTALES DEBIDOS A LESION O DISFUNCION CEREBRAL O A ENFERMEDAD SOMATICA
Esta categoría incluye distintos trastornos mentales causados por alteraciones cerebrales debidas a una enfermedad cerebral primaria, a una enfermedad sistémica o de otra naturaleza que afecta secundariamente al cerebro o a una sustancia tóxica exógena (excluyendo el alcohol y las sustancias psicotropas clasificados en F10-F19). Estos trastornos tienen en común el que sus rasgos clínicos no permiten por sí mismos hacer un diagnóstico de presunción de un trastorno mental orgánico, como demencia o delirium. Por el contrario, sus manifestaciones clínicas se parecen o son idénticas a aquellas de los trastornos no considerados como "orgánicos" en el sentido específico y restringido de este tomo, capítulo V (F) de la CIE-10. Su inclusión aquí se justifica por la presunción de que su etiología es una enfermedad o una disfunción cerebral que actúa directamente y que no son simplemente la expresión de una asociación fortuita con dicha enfermedad o disfunción o de la reacción psicológica a sus síntomas, tal como trastornos esquizofreniformes asociados a epilepsia de larga duración.
La decisión de clasificar un síndrome clínico en este epígrafe se basa en lo siguiente:
a) Evidencia de una enfermedad, lesión o disfunción cerebral o de una enfermedad sistémica de las que pueden acompañarse de uno de los síndromes mencionados;
b) Relación temporal (semanas o pocos meses) entre el desarrollo de la enfermedad subyacente y el inicio del síndrome psicopatológico;
c) Remisión del trastorno mental cuando mejora o remite la presunta causa subyacente y
d) Ausencia de otra posible etiología que pudiera explicar el síndrome psicopatológico (por ejemplo, unos antecedentes familiares muy cargados o la presencia de un estrés precipitante).
Las condiciones a) y b) justifican un diagnóstico provisional, pero la certeza diagnóstica aumenta de un modo considerable si están presentes las cuatro.
Los siguientes trastornos son los que con mayor probabilidad dan lugar a los síndromes incluidos en este epígrafe: epilepsia, encefalitis límbica, enfermedad de Huntington, traumatismos craneales, neoplasias del cerebro, neoplasias extracraneales con repercusión remota sobre el sistema nervioso central (en especial carcinoma del páncreas), enfermedad vascular, lesiones o malformaciones vasculares, lupus eritematoso y otras enfermedades del colágeno, enfermedades endocrinas (en especial hipotiroidismo e hipertiroidismo, enfermedad de Cushing), trastornos metabólicos (hipoglucemia, porfiria, hipoxia), enfermedades tropicales y enfermedades parasitarias (tripanosomiasis), efectos tóxicos de sustancias psicotropas no psicotropas (propanolol, l-DOPA, metil-DOPA, esteroides, antihipertensivos y antimaláricos).
Excluye:
Se trata de un trastorno caracterizado por alucinaciones persistentes o recurrentes, normalmente visuales o auditivas, que se presentan en un estado de conciencia clara y que pueden ser o no ser reconocidas como tales por el que las padece. Puede presentarse una elaboración delirante de las alucinaciones, pero lo mas frecuente es que se conserve la conciencia de enfermedad.
Pautas para el diagnóstico
Además de las pautas generales de la introducción de esta sección (F06), es necesaria la presencia de alucinaciones persistentes o recurrentes en cualquiera de sus modalidades y la ausencia de obnubilación de la conciencia, de un deterioro intelectual significativo, de un trastorno de memoria y de un predominio de ideas delirantes.
Incluye:
- delirio dermatozoico estado alucinatorio orgánico (no alcohólico)
Excluye:
F06.1 Trastorno catatónico orgánico
Se trata de un trastorno caracterizado por una actividad psicomotriz disminuida (estupor) o aumentada (agitación), que se acompaña de síntomas catatónicos. Pueden alternarse ambos polos de trastornos psicomotores. Se desconoce si en estos cuadros orgánicos puede presentarse la gama completa de los trastornos catatónicos descritos en la esquizofrenia. Tampoco ha podido aclararse de una manera concluyente si un estado catatónico orgánico puede presentarse con un estado de conciencia claro o si es siempre una manifestación de un delirium, con una amnesia subsiguiente total o parcial. Esto implica tener precaución a la hora de diagnosticar un estado así y evaluar cuidadosamente las pautas para el diagnóstico de un delirium. Suele aceptarse que las encefalitis y las intoxicaciones con monóxido de carbono dan lugar a este síndrome con mas frecuencia que otras causas orgánicas.
Pautas para el diagnóstico
Deben satisfacerse las pautas generales para aceptar una etiología orgánica, expuestas en la introducción a F06. Además, deberán presentarse uno de los síntomas siguientes:
a) estupor (disminución o ausencia total de movimientos espontáneos con mutismo parcial o total, negativismo y posturas rígidas mantenidas);
b) agitación (franca inquietud motriz con o sin tendencias agresivas)
c) ambos estados (pasando de un modo rápido e imprevisto de la hipo a la hiperactividad).
Otros fenómenos catatónicos que aumentan la fiabilidad del diagnóstico son: estereotipias, flexibilidad cérea y actos impulsivos.
Excluye:
F06.2 Trastorno de ideas delirantes (esquizofreniforme) orgánico
Se trata de un trastorno en cuyo cuadro clínico predominan ideas delirantes persistentes o recurrentes. Las ideas delirantes pueden acompañarse de alucinaciones pero estas no se limitan a su contenido. Pueden presentarse rasgos sugerentes de una esquizofrenia, tales como alucinaciones bizarras o trastornos del pensamiento.
Pautas para el diagnóstico
Deben satisfacerse las pautas generales para aceptar una etiología orgánica, expuestas en la introducción a F06. Además, deberán presentarse ideas delirantes (de persecución, de transformación corporal, de celos, de enfermedad o muerte de uno mismo o de otra persona). También pueden estar presentes alucinaciones, trastornos del pensamiento o fenómenos catatónicos aislados. La conciencia y la memoria no deben estar afectadas. Este diagnóstico no deberá hacerse si la presunta relación causal orgánica no es específica o se limita a hallazgos tales como una dilatación de los ventrículos cerebrales visualizados en una tomografía axial computarizada o por signos neurológicos menores ("blandos").
Incluye:
- psicosis esquizofreniformes de la epilepsia
- estados orgánicos paranoides o alucinatorio-paranoides
Excluye:
F06.3 Trastornos del humor (afectivos) orgánicos
Se trata de un trastorno caracterizado por una depresión del estado de ánimo, una disminución de la vitalidad y un decremento de la actividad. Puede también estar presente cualquier otro de los rasgos característicos de un episodio depresivo (ver F30). El único criterio para la inclusión de este estado en la sección orgánica es una presunta relación causal directa con un trastorno cerebral o somático, cuya presencia deberá ser demostrada con independencia, por ejemplo, por medio de una adecuada exploración clínica y complementaria o deducida a partir de una adecuada información anamnéstica. El síndrome depresivo deberá ser la consecuencia del presunto factor orgánico y no ser la expresión de la respuesta emocional al conocimiento de la presencia del mismo o a las consecuencias de los síntomas de un trastorno cerebral concomitante. Son casos prototípicos la depresión postinfecciosa (por ejemplo, la que sigue a una gripe, que debe codificarse aquí). Pero la euforia leve, persistente, que no alcanza el rango de hipomanía (que aparece, por ejemplo, en asociación con la terapia esteroidea o con fármacos antidepresivos) no debe codificarse aquí, sino en el F06.8.
Pautas para el diagnóstico
Deben satisfacerse las pautas generales para aceptar una etiología orgánica, expuestas en la introducción. Además, deberán presentarse los requisitos de F30-F33.
Los siguientes códigos de cinco caracteres pueden usarse para especificar el cuadro clínico:
F06.30 Trastorno maníaco orgánico F06.31 Trastorno bipolar orgánico F06.32 Trastorno depresivo orgánico F06.33 Trastorno del humor (afectivo) mixto orgánico
Excluye:
- trastornos del humor (afectivos) no orgánicos o sin especificar específicos (F30-F39)
- trastorno del humor (afectivo) orgánico por lesión del hemisferio derecho (F07.8)
F06.4 Trastorno de ansiedad orgánico
Se trata de un cuadro caracterizado por los rasgos esenciales de un trastorno de ansiedad generalizada (F41.1), de trastorno de pánico (F41.0) o por una combinación de ambos, pero que se presenta como consecuencia de un trastorno orgánico capaz de producir una disfunción cerebral (epilepsia del lóbulo temporal, tireotoxicosis o feocromocitoma).
Excluye:
- trastornos de ansiedad no orgánicos o sin especificar (F41)
F06.5 Trastorno disociativo orgánico
Se trata de un trastorno que satisface las pautas de uno de los trastornos de F44, trastornos disociativos (de conversión), y a la vez las pautas generales de etiología orgánica (como se describe en la introducción a esta sección).
Excluye:
- trastorno disociativo (de conversión) no orgánico o sin especificar (F44)
F06.6 Trastorno de labilidad emocional (asténico) orgánico
Se trata de un estado caracterizado por la presencia de incontinencia o labilidad emocionales persistentes, de fatigabilidad y de diversas sensaciones corporales desagradables (mareos, por ejemplo) y dolores atribuibles a un factor orgánico. Suele aceptarse que este trastorno se presenta con mayor frecuencia en la enfermedad vasculocerebral y en la hipertensión, en asociación con otras causas.
Excluye:
- trastorno somatomorfo no orgánico o sin especificar (F45)
F06.7 Trastorno cognoscitivo leve
Este trastorno puede preceder, acompañar o suceder a infecciones o trastornos somáticos, cerebrales o sistémicos (incluyendo la infección por HIV) muy diversos. Puede no existir una afectación cerebral puesta de manifiesto por signos neurológicos o déficits en los tests psicológicos, pero si grandes molestias o interferencias con actividades agradables. Cuando es consecuencia de una enfermedad somática de la que el enfermo se recupera, el trastorno cognoscitivo leve no se prolonga mas de unas pocas semanas. Este trastorno sólo debe de diagnosticarse acompañado al de un trastorno somático concreto y nunca cuando este presente alguno de los trastornos mentales o comportamentales clasificados en cualquiera de las secciones de este tomo, capítulo F (V) de la CIE-10.
Pautas para el diagnóstico
La característica principal es una disminución del rendimiento cognitivo, que puede incluir deterioro de la memoria y dificultades de aprendizaje o de concentración. Los tests objetivos suele detectar anomalías. La naturaleza de los síntomas no permite el diagnóstico de demencia (F00-F03), síndrome amnésico orgánico (F04) o delirium (F05,--).
Diagnóstico diferencial
Este trastorno debe ser diferenciado del síndrome postencefalítico (F07.1) y del postconmocional (F07.2) por su diferente etiología, porque sus síntomas son más escasos y mas leves y porque su duración suele ser menor.
Ejemplos son el estado de ánimo alterado que ocurre durante el tratamiento con esteroides o antidepresivos.
Incluye: psicosis epiléptica sin especificación
F06.9 Otro trastorno mental debido lesión o disfunción cerebral o a enfermedad somática
La alteración de la personalidad y del comportamiento debida a una enfermedad, una lesión o una disfunción cerebral, puede ser de carácter residual concomitante con una enfermedad daño o disfunción cerebral. En algunos casos las características concretas de las manifestaciones de estos trastornos de la personalidad y del comportamiento residuales o concomitantes pueden sugerir el tipo o localización de la afección cerebral. Sin embargo, no debe de sobreestimarse la fiabilidad de este tipo de presunción diagnóstica y por lo tanto deberá investigarse siempre de un modo independiente la etiología subyacente y si aparece se anotará el diagnóstico correspondiente.
F07.0 Trastorno orgánico de la personalidad
Este trastorno se caracteriza por una alteración significativa de las formas habituales del comportamiento premórbidos. Estas alteraciones afectan siempre en profundidad a la expresión de las emociones, de las necesidades y de los impulsos. Los procesos cognoscitivos pueden estar afectados exclusivamente en el área de la planificación de la propia actividad y en la previsión de probables consecuencias sociales y personales, como en el llamado síndrome del lóbulo frontal. No obstante se sabe que este síndrome se presenta no sólo en las lesiones del lóbulo frontal, sino también en lesiones de otras áreas circunscritas del cerebro.
Pautas para el diagnóstico
Un diagnóstico definitivo se basa, además de en los claros antecedentes u otra evidencia de enfermedad, lesión o disfunción cerebral, en la presencia de dos o más de los siguientes rasgos:
a) capacidad persistentemente reducida para mantener una actividad orientada a un fin, concretamente las que requieran períodos largos de tiempo o gratificaciones mediatas;
b) alteraciones emocionales, caracterizados por labilidad emocional, simpatía superficial e injustificada (euforia, expresiones inadecuadas de júbilo) y cambios rápidos hacia la irritabilidad o hacia manifestaciones súbitas de ira y agresividad. En algunos casos el rasgo predominante puede ser la apatía;
c) expresión de necesidades y de impulsos que tienden a presentarse sin tomar en consideración sus consecuencias o molestias sociales (el enfermo puede llevar a cabo actos antisociales tales como robos, comportamientos sexuales inadecuados, comer vorazmente o no mostrar preocupación por su higiene y aseo personales);
d) trastornos cognoscitivos, en forma de suspicacia o ideas paranoides o una preocupación excesiva por un tema único, por lo general abstracto (por ejemplo, la religión, el "bien y el mal"), o por ambas a la vez;
e) marcada alteración en el ritmo y flujo del lenguaje, con rasgos tales como circunstancialidad, "sobre-inclusividad", pegajosidad e hipergrafía y
f) alteración del comportamiento sexual (disminución de la sexualidad o cambio del objeto de preferencia sexual).
Incluye:
- síndrome del lóbulo frontal
- trastorno de personalidad de la epilepsia límbica
- síndrome postlobotomía
- personalidad orgánica pseudopsicopática
- personalidad orgánica pseudo-retrasada
- estado postleucotomía
Excluye:
F07.1 Síndrome postencefalítico
En este síndrome se incluyen los cambios de comportamiento residuales que se presentan tras la recuperación de una encefalitis vírica o bacteriana. Los síntomas no son específicos y varían de unos a otros individuos, de acuerdo con el agente infeccioso y, sobre todo, con la edad del enfermo en el momento de la infección. La diferencia principal entre este trastorno y el resto de los trastornos orgánicos de personalidad es que es a menudo reversible.
Pautas para el diagnóstico
Las manifestaciones de este trastorno suelen consistir en malestar general, apatía o irritabilidad, cierto déficit de las funciones cognoscitivas (dificultades de aprendizaje), alteración de los hábitos del sueño y de la ingesta, cambios de la conducta sexual y disminución de la capacidad de juicio. Pueden presentarse muy diversas disfunciones neurológicas residuales tales como parálisis, sordera, afasia, apraxia constructiva o acalculia.
Excluye:
- trastorno orgánico de personalidad
F07.2 Síndrome postconmocional
Este síndrome se presenta normalmente después de un traumatismo craneal, por lo general suficientemente grave como para producir una pérdida de la conciencia. En él se incluye un gran número de síntomas dispares tales como cefaleas, mareos (en los que suelen faltar los rasgos característicos del vértigo), cansancio, irritabilidad, dificultades de concentración y de la capacidad de llevar a cabo tareas intelectuales, deterioro de la memoria, insomnio y tolerancia reducida a situaciones estresantes, a excitaciones emocionales y al alcohol. Estos síntomas pueden acompañarse de un estado de ánimo depresivo o ansioso, dando lugar a una cierta pérdida de la estimación de sí mismo y a un temor a padecer una lesión cerebral permanente. Estos sentimientos refuerzan los síntomas primarios y se pone así en marcha un círculo vicioso. Algunos enfermos se vuelven hipocondriacos y se embarcan en la búsqueda constante de diagnósticos y de tratamientos, y de ellos algunos pueden adoptar el papel permanente de enfermo. La etiología de estos síntomas no es siempre clara y se han interpretado tanto como consecuencia de factores orgánicos como psicológicos. Por lo tanto, el lugar de este cuadro en la nosología es aún incierto. Por otra parte no hay duda de que este síndrome es frecuente e implica gran malestar para el enfermo.
Pautas para el diagnóstico
Un diagnóstico definitivo se basa en la presencia de al menos tres de los rasgos señalados anteriormente. Debe hacerse una evaluación cuidadosa mediante exploraciones complementarias (electroencefalografía, potenciales evocados del tronco cerebral, técnicas neurorradiológicas, oculonistagmografía, etc.), dado que pueden servir para objetivar los síntomas, aunque en la mayoría de los casos estos resultados son negativos. Las quejas no son necesariamente debidas a motivos de compensación.
Incluye:
- síndrome (encefalopatía) postconmocional
- síndrome cerebral post-traumático no psicótico
Las enfermedades, lesiones o disfunciones cerebrales pueden producir muy diversos trastornos cognoscitivos, emocionales, de la personalidad y del comportamiento y no todos ellos son clasificables en los apartados anteriores. No obstante, puesto que el lugar de estos síndromes en la nosología es inseguro deben ser clasificados como "otros". Puede añadirse un quinto carácter si fuera necesario para identificar presuntas entidades individuales como:
Trastorno afectivo orgánico por lesión del hemisferio derecho. Algunas personas con trastornos en el hemisferio cerebral derecho presentan cambios en la capacidad para expresar o comprender emociones. A pesar de que, de un modo superficial, el enfermo pudiera parecer deprimido, normalmente no está presente un estado de ánimo depresivo, sino que lo que sucede es que está reducida la expresión de las emociones.
Se debe utilizar este código también para:
a) síndromes específicos de alteraciones de la personalidad o del comportamiento presuntamente debidos a enfermedades, lesiones o disfunciones cerebrales distintos de F07.0, F07.1 y F07.2 y
b) aquellos estados con trastornos cognoscitivos de grado medio que no tienen intensidad suficiente para ser considerados como demencia en trastornos mentales progresivos tales como enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, etc. El diagnóstico deberá cambiarse si en un momento dado se satisficieran las pautas de demencia.
Excluye:
- delirium (F05)
Incluye:
- psicosíndrome orgánico
F09 TRASTORNO MENTAL ORGANICO O SINTOMATICO SIN ESPECIFICACION
Incluye:
- psicosis orgánica sin especificación
- psicosis sintomático sin especificación
Excluye:
- psicosis sin especificación (F29)