Escuela Conductual

La terapia o modificación de conducta hace su aparición a finales de los 50 como alternativa radical a los modelos existentes en la época, especialmente al modelo psicodinámico. La terapia de conducta parte de la idea de que la mayor parte de la conducta, incluida la inadaptada, es aprendida y que los principios descritos por la teoría del aprendizaje pueden utilizarse en la práctica clínica. Así pues, en lugar de investigar sobre los posibles conflictos subyacentes, las terapias de conducta centran el tratamiento en el cambio de la conducta observable en sí misma. Conciben la terapia como una empresa empírica a la que hay que aplicar el rigor y los procedimientos experimentales de la investigación científica.

Estos principios han convertido a la modificación de conducta en una orientación revolucionaria en la conceptualización de los problemas psicológicos y su tratamiento, que ha contribuido decisivamente a la génesis de una psicoterapia científica. Sin embargo, la ausencia de una teoría del aprendizaje unificada, las continuas controversias acerca del papel de las variables cognitivas, han hecho que la terapia de la conducta sea difícilmente definible conceptualmente. El énfasis en la metodología científica y la validación empírica de los tratamientos son los rasgos distintivos de las terapias de conducta.

1. DESARROLLO HISTÓRICO.

La eficacia del castigo y del refuerzo para modificar la conducta se conoce desde hace mucho tiempo. Los esfuerzos por aplicar los principios del aprendizaje a los problemas clínicos contaban ya con cierta tradición y sus orígenes se remontan a la escuela fisiológica rusa creada por Sechenov. Consideraba que toda conducta podía explicarse apelando a los reflejos, sin hacer referencia alguna a la conciencia u otros procesos mentales, y estableció el marco para la aplicación de los métodos de la fisiología al estudio de los problemas psicológicos. Tuvo dos discípulos, Pavlov y Bechterev.

Pavlov hizo dos aportaciones principales a la psicoterapia, en primer lugar, el estudio experimental de los procesos de condicionamiento, la demostración de cómo estímulos anteriormente neutros podían adquirir la capacidad de elicitar una respuesta, principio sobre el que se asientan las terapias de recondicionamiento. En segundo lugar, Pavlov inició el estudio de las neurosis experimentales en animales, que fue un paso decisivo para aplicar métodos y principios terapéuticos durante este primer periodo.

Bechterev desarrolló la idea de que el condicionamiento podía explicar la gran variedad de conductas humanas. Su planteamiento influyó decisivamente sobre la obra de Watson. Watson fue el autor del manifiesto conductista con el que cristalizó un movimiento que fomentaba la introducción de métodos objetivos en la investigación psicológica. En la historia de los tratamientos psicológicos, Watson aplicó los principios del condicionamiento en la reducción de los miedos con Albert. Sus planteamientos fueron seguidos por Jones, que recopiló 7 métodos para eliminar los miedos infantiles. Los trabajos de Jones, además, mostraban que los miedos podían ser tratados al nivel de la conducta manifiesta, en lugar de al nivel de los procesos subyacentes que los psicoanalistas suponían como causas.

A partir de los años 30, la terapia de conducta entró en una fase de búsqueda de una mayor fundamentación teórica. El interés de los investigadores se centró en el desarrollo de las teorías de aprendizaje. Hacia finales de los 50, la terapia de conducta aparece ya como una alternativa fundamentada en los principios de la psicología científica. Se considera el periodo de latencia o incubación desde la publicación de la tesis doctoral de Skinner en 1938 hasta la publicación de Psicoterapia por inhibición recíproca de Wolpe en 1958. Skinner, apoyándose en el trabajo de Thorndike, adoptó un nuevo punto de partida para la explicación del aprendizaje, hecho que le permitió establecer un nuevo paradigma, el condicionamiento operante. Desde este punto de vista, el parámetro esencial que gobierna la conducta reside en las consecuencias que se siguen de ésta : dicho técnicamente, reside en los estímulos reforzantes, en aquellos hechos ambientales que acompañan o se dan con las respuestas y que cambian la probabilidad de que las respuestas aparezcan en el futuro. Además de la investigación experimental, Skinner indicó la relevancia clínica y social de la conducta operante (técnica de manejo de contingencias en psicóticos, análisis funcional de la conducta como alternativa a la taxonomía psiquiátrica tradicional).

Durante la década de los 50 empieza a utilizarse el término terapia de conducta por parte de tres grupos investigadores independientes :

  1. En 1953 aparece el término en un trabajo de Skinner, en el que se aplica el condicionamiento operante en enfermos psicóticos

  2. De un modo independiente, en Sudáfrica, Lazarus acuñó el término terapia de conducta para referirse a la utilización de procedimientos de laboratorio en psicoterapia tradicional.

  3. En 1969 Eysenck utilizó el término para referirse a la terapia basada en las teorías del aprendizaje, incluyendo tanto el condicionamiento clásico como el operante.

Durante los años 60 y 70, la terapia de conducta se consolidó como enfoque terapéutico. Los trabajos de Wolpe, Eysenck y Skinner fueron para ello claves.

- Wolpe, autor de psicoterapia por inhibición recíproca, se inspiró en los principios de la conducta de Hull. Exploró la idea de que si la ansiedad condicionada podía inhibir la respuesta de comer en los gatos mediante neurosis experimental, entonces la respuesta de comer podría servir para aliviar la ansiedad. Comprobó esta hipótesis utilizando una graduación de la situación estimular para cambiar la ansiedad condicionada. A partir del éxito alcanzado con animales, Wolpe buscó respuestas humanas que pudieran utilizarse para recondicionar la ansiedad. De este modo la relajación profunda se convirtió en la base de la sensibilización sistemática. Utilizando la misma lógica, el uso de respuestas asertivas para inhibir la ansiedad se convirtió en las bases del entrenamiento asertivo, y la activación sexual para inhibir la ansiedad se convirtió en el punto clave de nuevos enfoques de terapia sexual.

- Eysenck sostuvo que el psicólogo profesional debía ser un investigador que aplicara en su técnica los resultados de la investigación básica. Compartiendo este propósito, Shapiro inició sus trabajos sobre estudios experimentales de caso único, en los que se especificaban hipótesis clínicas sobre un N=1, que se ponían a prueba por medio del diseño del tratamiento. Este enfoque, a su vez, influyó en el desarrollo de la evaluación conductual al proponer el uso de medidas conductuales específicas para cada cliente, en lugar de baterías de tests estandarizados. Eysenck fundó la revista Behavior research and practice, que facilitó la consolidación de la terapia de conducta en el Reino Unido.

Durante la década de los 60 se publicaron varios manuales en los que se presentaban fundamentos científicos de los procedimientos terapéuticos ; algunos de ellos aspiraban también a unificar el campo de las terapias basadas en las teorías del aprendizaje. Así, la obra de Bandura y Walters Aprendizaje Observacional y Desarrollo de la Personalidad, en la que habla de otro tipo de aprendizaje, el aprendizaje observacional, a través del cual del cual se irá introduciendo en la complejidad del mundo social en el que el aprendizaje ocurre en realidad (como en la caja de Skinner) y, en consonancia con ello, se irá reconociendo el papel de los procesos cognitivos.

2. CONCEPTOS BÁSICOS.

Según Kazdin la modificación de la conducta es la aplicación de la teoría y de la investigación básica procedentes de la psicología experimental a la alteración de la conducta, con el propósito de resolver problemas tanto de índole personal como social, y de mejorar el funcionamiento humano general.

Según Berstein y Nietzel las características de los modelos conductuales serían :

  1. Se considera que tanto la conducta normal como la anormal con principalmente producto del aprendizaje.

  2. Se concede menor importancia a los factores innatos o heredados en la adquisición de la conducta, aunque se acepta la posible influencia de factores genéticos o constitucionales.

  3. Se sitúa el objeto de estudio o cambio en la conducta, entendida ésta como actividad cuantificable o evaluable, tanto en el plano motor como en el cognitivo o fisiológico.

  4. Se concede especial relevancia al método experimental como método imprescindible en la descripción, predicción y control de la conducta.

  5. Se considera necesaria la comprobación de la eficacia de cualquier procedimiento, ya sea de evaluación o de tratamiento.

  6. No se admite la existencia de enfermedades mentales como entidades cualitativamente distintas en cuanto a génesis y dinámica funcional ; la conducta normal y la anormal se adquieren y modifican por medio de los mismos principios del aprendizaje.

  7. La evaluación y tratamiento se consideran funciones estrechamente relacionadas y dirigidas a modificar las conductas inadecuadas.

  8. Se considera que el rigor científico no es incompatible con la responsabilidad profesional.

Los modelos conductuales, al centrar la evaluación y la intervención en la conducta inadaptada en sí misma, han contribuido a replantear el modelo tradicional de enfermedad mental. Se contempla al individuo desde la óptica ofrecida por el condicionamiento clásico y operante, la conducta humana aparece como una máquina de precisión que paso a paso está regulada por las contingencias ambientales que la acompañan y la apelación a factores intrapsíquicos resulta innecesaria. Los terapeutas de conducta han presentado alternativas rigurosas para el estudio de la conducta anormal. Estas alternativas han girado en torno a tres paradigmas del aprendizaje : el condicionamiento clásico, el operante y el modelado.

El condicionamiento clásico.

Ha sido utilizado para explicar cómo estímulos neutros llegan a provocar respuestas innatas como consecuencia del emparejamiento con otros estímulos. Cuando un estímulo incondicionado (aire) que da origen a una respuesta incondicionada (parpadeo), se presenta después de un estímulo condicionado (sonido), éste adquiere la propiedad de producir por sí mismo una respuesta condicionada similar a la respuesta incondicionada. De este modo se pueden adquirir gran cantidad de conductas, como la fobia de Albert. A partir del condicionamiento clásico, la ansiedad ha sido considerada la clave de los trastornos neuróticos. Un estímulo neutro (perro) puede emparejarse con un estímulo amenazante provocador de ansiedad (ser mordido). Los cambios fisiológicos que conlleva la respuesta de ansiedad pueden ser provocados por el estímulo incondicionado, pero también pueden adquirirse por medio del condicionamiento clásico. Así pues, la ansiedad ha sido considerada como una respuesta condicionada que estaría en el origen de las conductas fóbicas, así como en otros tipos de trastornos.

Por lo general, cuando una respuesta condicionada se presenta repetidas veces sin la presentación de un estímulo incondicionado, el vínculo asociativo se debilita y tiende a desaparecer, se extingue. Pero en algunos casos la extinción no se produce, como en las paradojas neuróticas. Se han dado dos tipos de explicaciones :

  1. La teoría bifactorial de Mowrer (1946). Para explicar la conducta fóbica sostiene que la ansiedad se adquiere mediante procesos de condicionamiento clásico(primer factor), pero se mantiene por medio de condicionamiento operante(segundo factor), dado que la ansiedad activaría respuestas de evitación que resultarían reforzantes por producir alivio de la ansiedad, e impedirían que el proceso de extinción se llevara a cabo.

  2. La teoría de la incubación de Eysenck (1982). Eysenck entiende que el proceso de extinción puede no ocurrir cuando el estímulo condicionado es fuerte o se presenta repetidamente durante largos periodos de tiempo. Puede adquirir las propiedades del estímulo incondicionado, de modo que su simple aparición no sólo no provocaría la extinción sino que reforzaría la respuesta condicionada.

El condicionamiento operante.

Se ocupa de conductas que emite el organismo libremente, que operan sobre el medio y que están controladas por sus consecuencias ambientales. Si un tipo de respuesta (apretar una palanca) se refuerza (con una bola de comida) en presencia de un estímulo discriminativo (luz roja), en el futuro este tipo de respuesta tendrá más probabilidad de ocurrir en presencia de ese estímulo. Entre la respuesta operante y el refuerzo se establece una relación de contingencia y si la respuesta se refuerza repetidamente tenderá a consolidarse, mientras que si no se refuerza tenderá a extinguirse. Los procedimientos operantes funcionan mejor cuando se utiliza el refuerzo positivo que el aversivo. Los refuerzos tienen mayor efecto en la adquisición y fortalecimiento de la respuesta cuando se dan de modo contingente y coherente y con la menor demora posible. Aunque se da por supuesto que el refuerzo social tiene un valor universal, al igual que los reforzadores primarios o biológicamente dados, la identificación de los reforzadores más eficaces requiere de una observación sistemática de la conducta.

El modelado o aprendizaje observacional

Establece que un observador puede aprender una conducta compleja observando la ejecución que hace un modelo. Para explicar este tipo de aprendizaje es necesario recurrir a mecanismos complejos de procesamiento de información fundamentados principalmente en investigación experimental con animales. En el aprendizaje observacional se suelen distinguir dos fases : La primera es una fase de adquisición de la respuesta, en la que el sujeto observa cómo realiza la conducta el modelo, y la segunda es la fase de ejecución, en la que el observador realiza la conducta a partir de su representación simbólica. Ambas fases requieren de la movilización de complejos procesos cognitivos. Los efectos del modelado que más se han utilizado en la práctica clínica consisten en la adquisición y práctica de nuevas habilidades y en la inhibición o desinhibición de conductas que ya formaban parte del repertorio del observador.

 

En resumen, los conceptos básicos de la terapia de conducta son los que se desprenden de la aplicación de hallazgos de la psicología experimental, en particular de los paradigmas del condicionamiento clásico y operante, en la práctica clínica.

 

3. MÉTODO TERAPÉUTICO.

El objetivo de los tratamientos conductuales es la modificación de la conducta inadaptada. Para ello, antes de iniciar el tratamiento, es necesario realizar una evaluación minuciosa de los parámetros y contingencias que controlan la conducta. En esta evaluación se definen las conductas en términos observables y se establecen sistemas de registro. Estos requisitos son imprescindibles para juzgar la eficacia del tratamiento. Por lo general, los tratamientos son breves y tienen un número limitado de sesiones. Se considera que la eficacia del tratamiento depende enteramente de las técnicas utilizadas, y no tanto de la relación terapéutica.

La relación terapéutica.

Se considera como un núcleo para la implantación de las técnicas conductuales. El papel del terapeuta consiste en instruir al cliente en el tecnología conductual apropiada para solucionar su problema. Al terapeuta se le considera un reforzador social y un modelo. Así, lejos de otorgar a la relación terapéutica un valor intrínseco, como había hecho el psicoanálisis, los terapeutas de conducta conciben los procesos que ocurren en el contexto de la relación como procesos de aprendizaje, en los que el terapeuta refuerza ciertas conductas o modela las conductas objeto de tratamiento. Las estrategias de modelado forman parte de diversos tratamientos, tanto para facilitar la adquisición de nuevas conductas, como para desinhibir la expresión de conductas ya existentes. El énfasis que los terapeutas de conducta han otorgado a las técnicas conductuales han favorecido varias cosas : el papel activo del cliente en la terapia, la formación de para-profesionales para la implantación de técnicas en ambientes educativos u hospitalarios, y la posible substitución de la figura del terapeuta reduciéndose los costes de la terapia.

Recursos técnicos I : Las técnicas de recondicionamiento.

Se fundamentan en los principios del condicionamiento clásico, a partir del cual se concibe la ansiedad como la respuesta condicionada que se encuentra en el origen de muchos trastornos psicológicos. Para tratar estos problemas es necesario romper la asociación entre los estímulos temidos y la ansiedad, y sustituir ésta por respuestas más adecuadas. Para ello se utilizan diversos recursos técnicos :

  1. Entrenamiento en el empleo de unidades subjetivas de ansiedad para que el cliente aprenda a comunicar con precisión la magnitud de su respuesta de ansiedad. Suele ser una escala de 0 a 100.

  2. Completo análisis conductual y desarrollo de una jerarquía de miedos. Esta jerarquía es una lista de estímulos evocadores de ansiedad, relacionados en su contenido y ordenados de mayor a menor.

  3. Entrenamiento de relajación, casi siempre por el método de relajación progresiva.

  4. Las sesiones de desensibilización sistemática, en las que en estado de relajación profunda se presentan, en la imaginación, las escenas de la jerarquía de menos ansiógena a más ansiógena. Se recomienda que una sesión de desensibilización termine con una escena que haya imaginado con éxito y que en la sesión siguiente comience con ella. Las sesiones suelen durar entre 15 y 30 minutos.

Cuando la desensibilización de una ansiedad específica se ha concluido con éxito, se recomienda al cliente que compruebe su eficacia en situaciones reales, con la misma lógica de aproximaciones graduales y sucesivas que se ha seguido en la desensibilización. El procedimiento de la desensibilización sistemática se ha aplicado con éxito en numerosos tipos de problemas tales como el miedo y la ansiedad a las situaciones más diversas (muerte, sexo o tartamudez).

Se han desarrollado variaciones de la técnica original, como la desensibilización en vivo, la desensibilización automatizada de Wolpe, en la que el cliente escucha las escenas de una grabación previamente realizada por el terapeuta, o la desensibilización por autocontrol de Goldfried.

Los mecanismos por los que funciona la desensibilización sistemática son un tema muy controvertido, ninguno de los componentes de la técnica es esencial para que funcione. Wolpe sostiene que la relajación muscular reduce la ansiedad por medio de un hipotético mecanismo que hace que el sistema parasimpático inhiba al simpático. Marks dice que el elemento clave es la exposición al estímulo temido. Reichman indica que la desensibilización facilita un procesamiento emocional que permite al sujeto integrar los estímulos temidos. Las controversias entre argumentos teóricos existen, pero la desensibilización sistemática es una técnica que ha demostrado su eficacia.

 

Recursos técnicos II : técnicas operantes.

La mayoría de los usos terapéuticos del condicionamiento operante se han dirigido al desarrollo y establecimiento de una conducta, al fortalecimiento de una conducta y/o a la eliminación de una conducta. Para la consecución de estos objetivos se diseñan minuciosos programas de intervención que constan de los siguientes pasos :

  1. Plantear el problema en términos conductuales, incluyendo las respuestas inadecuadas y en las situaciones en las que éstas ocurren.

  2. Identificar los objetivos conductuales, especificando las conductas que deben incrementarse, reducirse o reforzarse cuando se producen en la situación apropiada e identificar también el nivel de desempeño aceptable.

  3. Desarrollar medidas conductuales y tomar medidas de la línea de base para poder determinar si el tratamiento está siendo eficaz.

  4. Observar al cliente en su ambiente natural para determinar cuáles son las contingencias y los refuerzos eficaces para él.

  5. Especificar las condiciones bajo las cuales se introducirá el tratamiento.

  6. Revisar los resultados comparando los índices de respuesta actuales con las medidas de la línea de base para determinar la eficacia de las intervenciones. Así se pueden introducir cambios cuando sea necesario y el tratamiento puede finalizar cuando se logren los objetivos conductuales.

Técnicas para establecer conductas

- Moldeado o método de las aproximaciones sucesivas : consiste en reforzar las conductas que más se aproximan a la conducta deseada a lo largo de un continuo de aproximación hasta que el cliente realiza la conducta deseada. Para ello se escoge un nivel de variación de una respuesta que ya existe y se refuerza a la vez que se elimina el refuerzo a otros niveles.

- Encadenamiento. La lógica es similar a la del moldeado, pero se utiliza cuando la conducta que se desea alcanzar se compone de una secuencia repetitiva o cadena de estímulos y respuestas. El encadenamiento puede ser hacia delante (se refuerza primero el primer componente de la serie y se continúa en orden) o hacia atrás (se empieza reforzando el último). Estas técnicas se han usado para establecer hábitos de higiene y aseo personal.

Técnicas para incrementar conductas : son las más conocidas y utilizadas en todos los ámbitos.

- El refuerzo positivo contingente de una respuesta incrementa su probabilidad de aparición futura. El refuerzo es más eficaz si se administra de modo inmediato de modo congruente y consistente. Se deben identificar los reforzadores útiles. El refuerzo más comúnmente utilizado es el refuerzo social.

- El control de estímulo consiste en el control de las condiciones antecedentes de una conducta reforzada para incrementar su probabilidad de aparición. Los antecedentes pueden ser de varios tipos : instrucción verbal, estímulos facilitadores o estímulos discriminativos.

- El control de las contingencias se establece entre dos partes para controlar las contingencias de la conducta. En él se especifican las conductas deseadas así como los refuerzos mutuos que se dispensarán. La economía de fichas sirve para motivar a pacientes mentales crónicos e institucionalizados con objeto de que actúen de un modo más competente. Las instituciones cerradas suelen ofrecer muy pocos refuerzos, y los pocos que existen suelen ofrecerse de un modo no contingente con la conducta de los residentes. La forma de mejorar la convivencia en estos ambientes consiste en promover refuerzos contingentes con las conductas deseadas. Para facilitar el intercambio de refuerzos por conductas apropiadas se utiliza la economía de fichas. Las fichas se administran como refuerzo inmediato y contingente a la realización de conductas deseadas y posteriormente se cambian por refuerzos reales. Pueden ser acumulables para conseguir un refuerzo más valioso. Para que funcione es imprescindible la colaboración de todo el personal con el terapeuta.

Técnicas para disminuir una conducta :

- La extinción consiste en dejar de reforzar la conducta que se desea disminuir. Los efectos de poner en marcha un programa de extinción no siempre son inmediatos, ni carecen de perturbaciones, sobre todo en conductas muy arraigadas. Por esta razón, a la hora de aplicar un programa basado en la extinción es conveniente reforzar a la vez respuestas alternativas.

- El castigo consiste en administrar estimulación aversiva de modo contingente con la aparición de una respuesta. Es una forma para que el sujeto aprenda lo que no tiene que hacer, en lugar de aprender lo que tiene que hacer. El castigo es un proceso que puede afectar a otros operantes, por ello se considera que sólo debe utilizarse cuando se trata de conductas que suponen un peligro físico para el sujeto o para otras personas de su medio, y que no pueden modificarse por medio de del control de las conductas antecedentes o de las consecuencias reforzantes.

- El coste de la respuesta es una forma de castigo en la cual se pierden refuerzos previamente adquiridos de modo consistente con la realización de una respuesta. Cuando de utiliza el coste de respuestas es conveniente que se refuercen conductas alternativas apropiadas. Se ha utilizado con éxito en el marco de la economía de fichas.

- El tiempo fuera de reforzamiento consiste en eliminar las oportunidades de obtener refuerzos positivos de modo contingente a la realización de una conducta, meter a alguien en un cuarto vacío.

- El reforzamiento de conductas incompatibles. Se trata de disminuir la frecuencia de aparición de la conducta objeto de tratamiento a partir del refuerzo de conductas incompatibles con ella.

- El condicionamiento encubierto de Cautela parte de la idea de que los acontecimientos imaginados ejercen un control sobre la conducta similar a los acontecimientos reales. Se instruye a los sujetos a imaginar que realizan determinadas acciones y que reciben determinados refuerzos a causa de ellas.

 

Recursos básicos III : Técnicas de modelado.

Para diseñar un programa de modelado es importante diferenciar entre la fase de adquisición de las conductas relevantes y la fase de ejecución de los mismos. En la fase de adquisición el observador tiene que atender a las conductas relevantes del modelo y retener las observaciones.

Los factores que mejoran la adquisición de las conductas son :

Los factores que mejoran la ejecución de la Conducta son:

 

Indicación del tratamiento y criterios de éxito terapéutico.

Al considerar la conducta anormal como un extremo del continuo normal, no cabe hablar de enfermedad, procesos o traumas subyacentes. Las conductas que se evalúan como anormales se adquieren, igual que las normales, mediante procesos que obedecen a las leyes del condicionamiento. Los trastornos mentales, motores o emocionales se entienden como hábitos inadaptados, más o menos persistentes que, tal como se adquieren se pueden modificar, extinguir o sustituir a partir del manejo de las mismas leyes. Su alcance se reduce a los trastornos neuróticos y psicopáticos que carecen de raíces orgánicas. No obstante, aunque aquellas alteraciones que poseen una base orgánica representan una limitación, la terapia de conducta se ha mostrado muy eficaz para modificar conductas en pacientes psicóticos y deficientes mentales.

Los problemas de ansiedad han recibido una atención especial por parte de los terapeutas de conducta. El éxito del tratamiento depende de la eliminación de las ansiedades específicas.

En relación con los criterios de éxito, los terapeutas de conducta no son partidarios de ningún criterio que no posea un referente conductual específico, y que no esté evaluado por procedimientos objetivos.

 

4. DESARROLLOS ACTUALES.

A partir de los años 70 el interés de los investigadores se centra en la consolidación y perfeccionamiento de la modificación de conducta. Por un lado, se potencia la investigación encaminada a descubrir los ingredientes terapéuticos responsables de la eficacia de una técnica determinada. Por otro lado, aparecen varias obras que intentan sistematizar el cuerpo de conocimientos alcanzados. Además, se supera el determinismo ambiental de los primeros modelos, por la aparición del término autocontrol, que introduce los procesos cognitivos como un puente entre la conducta de autocontrol y las consecuencias diferidas.

La nota más característica de los desarrollos más recientes de la terapia de conducta es la diversidad. Esta diversidad se manifiesta claramente en el ámbito técnico. Otra característica es la interdisciplinariedad, que se manifiesta claramente por la incorporación de la terapia de conducta al área de la salud. Los orígenes de esta tendencia se remontan a la génesis del biofeedback. Al aplicar el biofeedback a la medicina se acuñó el término medicina comportamental, que es un área multidisciplinar orientada al tratamiento y prevención de enfermedades, así como a la promoción de la salud.

En la década de los 80 surge la psicología de la salud, que toma como punto de partida el modelo biopsicosocial, en el que se establece que tanto la salud como la enfermedad suponen relaciones complejas entre factores biológicos, psicológicos y sociales.

 

5. FORMACIÓN DEL TERAPEUTA.

En su mayor parte son psicólogos. Es posible obtener una formación en terapia de conducta en programas universitarios de posgrado. Los terapeutas de conducta entienden la formación del terapeuta como una formación técnica, que abarca tanto el diagnóstico como las técnicas de tratamiento. La formación del terapeuta suele ser muy estructurada y orientada hacia las técnicas para conseguir cambios de conducta.

 

6. INVESTIGACIÓN TERAPÉUTICA.

La terapia de conducta es el enfoque que mayor compromiso ha mostrado con la contrastación empírica. El tratamiento está íntimamente ligado al diagnóstico y a la evaluación de la conducta. En lugar del diagnóstico tradicional o etiquetado, los terapeutas de conducta han desarrollado el diagnóstico conductual, que se centra en las conductas específicas y en las condiciones en las que se realizan, de modo que sea directamente útil para la elección de un tratamiento. Kanfer y Saslow incluyen en su sistema diagnóstico conductual siete categorías :

  1. Análisis inicial de la situación problemática, en el que se especifican claramente las conductas.

  2. Clarificación de la situación problemática, en la que especifican los factores ambientales.

  3. Análisis motivacional, ¿qué estímulos son refuerzos positivos y aversivos para el cliente ?

  4. Análisis evolutivo : se identifican los cambios en la historia del individuo que tienen relevancia para el tratamiento.

  5. Análisis del autocontrol : se identifican las situaciones y conductas que el sujeto puede controlar.

  6. Análisis de situaciones sociales : relaciones del individuo con otras personas de su ambiente y sus cualidades.

  7. Análisis del ambiente en el que se evalúan los criterios normativos de la conducta del cliente.

Otro método para obtener información relevante para el tratamiento consiste en la evaluación conductual, que proviene de la tradición operante, y recurre principalmente a la observación. Los terapeutas de conducta realizan una minuciosa evaluación del problema antes de llevar a cabo el tratamiento. A partir de dicha evaluación se establecen los objetivos del tratamiento en función de los cuales se juzgará la eficacia del mismo.

 

7. VALORACIÓN CRÍTICA.

La terapia de conducta ha sido el modelo que más ha contribuido a la génesis de una psicoterapia científica. Se ha recurrido a la investigación psicológica básica como fuente de hipótesis sobre el tratamiento y las técnicas terapéuticas específicas. Han enfatizado los determinantes actuales de la conducta frente a los determinantes históricos. Han especificado tanto las conductas problema como los tratamientos en términos objetivos. Han considerado el cambio de conducta manifiesta como el criterio fundamental para evaluar el tratamiento, y gracias a la adopción y extensión de estos principios, los tratamientos psicológicos han podido incorporarse a la psicología científica.

Apuntes de la asignatura de Historia de la Psicoterapia de la UNED